jueves, 22 de septiembre de 2011

Nueva muerte en ruta a Yungay pone en relieve, nesecidad urgente de mejoras

Personal de la SIAT Ñuble investiga los hechos y reconoce falta de iluminación en la zona del puente Santa Isabel. 
Trajador agrícola de 46 años realizaba todos los días el mismo recorrido.



Una nueva víctima cobró la ruta que une Chillán con Yungay. A veces son las curvas, otras la ausencia de bermas, en otras las pendientes, mientras que ahora la nula iluminación sería la causa del atropello que terminó con la vida de un agricultor, mientras que el chofer del vehículo simplemente se arrancó.
No es novedad. El pasado 30 agosto dos amigos murieron tras volcarse en una camioneta en el kilómetro 59 de la ruta denominada como “de la muerte”, dejando una vez más en evidencia la inseguridad del camino rural. Ahora a ellos se sumó Daniel Antonio Flores Burgos, quien a eso de las 21.20 horas transitaba como todos los días por el kilómetro 32 de la citada ruta, en la variante a El Carmen, cuando de improviso recibió el impacto por la parte posterior de un auto. Tras algunos minutos, el hombre de 46 años fue auxiliado y trasladado al hospital de El Carmen, donde una hora después falleció producto de la gravedad de sus heridas.
El lugar preciso de la colisión por alcance fue a 200 metros hacia el sur del puente Santa Isabel, y de acuerdo a las evidencias que quedaron en el lugar, personal de la SIAT Ñuble realiza las investigaciones. El teniente de la SIAT Matías Palominos detalló que “en este momento no se puede establecer cual de los dos es el responsable, estamos en pleno proceso investigativo y tenemos que estar conscientes que una persona que colisiona por alcance a un vehículo que lo antecede, claramente alguna circunstancia impidió que éste no reaccionara adecuadamente para poder frenar su vehículo”.
Luego de ocurrido este accidente, el chofer del vehículo se arrancó, no prestando auxilio a la víctima, ni tampoco dando aviso a la autoridad policial y dejando la persona tendida en la vía, exponiéndola a un mal mayor, que fue lo que en definitiva pasó.
“Estamos en proceso investigativo y de acuerdo a los primeros indicios y evidencias que quedaron en el sitio del suceso, necesitamos establecer el tipo de vehículo y luego tratar de verificar en los distintos poblados de este lugar algún auto con las mismas características”, agregó el teniente de Carabineros.

Ruta con múltiples fallas
Más allá de las responsabilidades personales que le pueden caber a uno u otro participante del hecho, hay una realidad innegable: falencias en la señalización e iluminación de la ruta, pese a trabajos que se han realizado, lo cual podría haber provocado el deceso de Daniel Flores. “De igual forma en el sitio del suceso existe una muy mala visibilidad ya que no existe alumbrado público y es por esta razón que los ciclistas,  de acuerdo a la ley vigente, tienen que ir con elementos que permitan verlo”, reconoció Palominos.
En la Ruta N-59 se registraron  19 accidentes en el 2008, 28 en el año 2009, 19 en el 2010, mientras que este 2011 la cifra ya se eleva por sobre 15 eventos, con un total de 21 fallecidos durante los cuatro años.

No hay proyecto de mejora
Según lo expresado por el director de Vialidad en Chillán, Luis Cifuentes, no existe un proyecto para mejorar las condiciones de seguridad en la ruta.
En ese contexto, los alcaldes de las comunas que cruzan la ruta entre Chillán y Yungay manifestaron hace ya tres semanas que realizarían una reunión para coordinar posibles mejoras, sin embargo, nada de ellos ha pasado, lo que es una pérdida considerando que todavía hay recursos FNDR en la región a los que se podría postular para mejorar el estándar de la vía.
En su oportunidad el alcalde de San Ignacio, Wilson Olivares, dijo que “hasta el momento no hemos elaborado nada concreto, pero después de esa serie de lamentables hechos, veremos algún tipo de financiamiento para incrementar las medidas de seguridad, pero esta es una inversión que debe venir del nivel central”.
El edil de Pemuco, Julio Muñoz, agregó que “queda de manifiesto la necesidad de invertir en medidas de seguridad en la ruta”.
Pero más allá de las buenas intenciones, quién será el responsable de concretar un proyecto que cada cierto tiempo se hace más urgente y que cobra vidas en forma periódica. Los especialistas reconocen responsabilidades humanas, pero también de confección de la ruta.

Fuente: La discusión

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